jueves, 16 de febrero de 2012

EL DISCO DE LA SEMANA

THE MIRAGE: Tomorrow Never Knows. Singles and Lost Sessions 1966-1968 (RPM Records, 2006)
De un recopilatorio de un grupo que en su título nos aclare que se trata de grabaciones entre 1966 y 1968 pocas cosas malas se pueden esperar. Si prestamos un poco más de atención, vemos que el disco de estos Mirage compila sus únicos tres singles y 17 canciones no editadas en su momento, cosa que nos puede hacer dudar sobre si vale la pena, si esas canciones mantienen el nivel y su calidad sonora las hace suficientemente audibles.
No hay que preocuparse, en este disco hay una buena cantidad de pequeñas joyas de popsike que harán las delicias del coleccionista de estos sonidos. Formado por los tres hermanos Hynes junto a Ray Glynn en la guitarra solista y Dee Murray al bajo, el quinteto se modeló a imagen y semejanza de los Hollies, practicando un beat rico en armonías vocales y debutando con un par de singles publicados por CBS, sello que abandonaron y ficharon por Philips en 1966 hasta 1968, período que cubre este recopilatorio (luego publicarían otros singles en el sello de Larry Page, Page One, y en Carnaby Records, en concreto el conocido y muchas veces recopilado We Can Fly bajo el nombre de Portobello Explosion). En esos dos años la banda cambiaría su rumbo desde el citado beat hasta elegante pop psicodélico sin abandonar esas armonías vocales marca de la casa en remarcables composiciones que, paradójicamente, nunca se beneficiaron de una potente y característica voz solista; su mérito estaba en la suma de las partes.
Su carrera de tres singles para Philips, aquí incluidos, se inicia con la ya clásica versión freakbeat del Tomorrow Never Knows de los Beatles, una versión más pop que la original en glorioso sonido monoaural con machacón ritmo y un original puente de piano. Su cara B es el tema beat You Can't Be Serious, muy en la línea de los Hollies gracias a su característica guitarra y a las armonías vocales.
A diferencia de la mayoría de grupos y artistas del momento, hay que reconocerles el mérito de producirse sus propias grabaciones, ganándose todos ellos un merecido prestigio como músicos de sesión. Y, pese a que este single no obtuvo ningún tipo de reconocimiento comercial (pese a su creciente prestigio entre los coleccionistas en la actualidad), Philips les mantuvo en su sello y les editó ya en 1967 los temas Hold On (nada que ver con el pepinazo inmortalizado por, entre otros, Sharon Tandy, los Fleur de Lys y Rupert's People), construida a base del ritmo del Taxman de los Beatles, con audibles pasajes de guitarra fuzz y un buen trabajo de los coros que le dan un toque mod clásico, otra inmediata joya freakbeat. Su cara B fue la anodina y aburrida balada Can You Hear Me.Su tercer intento comercial es otra pieza de coleccionismo, el pequeño y gentil clásico de popsike The Wedding Of Ramona Blair, adornado con melódica y con incluso efectos de cintas hacia atrás en su parte final. En la cara B, Lazy Man, más popsike que, ¡oh sorpresa!, aparece en otra versión alternativa en este mismo disco, una lectura totalmente ácida y muy en la onda de Tomorrow Never Knows, replicando su sonido de guitarra, las inflexiones vocales y con un tremendo bajo protagonista. Creo sinceramente que ésta debía haber sido la versión editada en el single.
El resto del disco lo protagonizan, como decía, grabaciones inéditas que cubren desde el beat de sus años formativos en temas como los Holliesianos Gone To Your Head y That I Know, I Want Love y One More Time (tremendamente influida por los Beatles del RUBBER SOUL, incluso la guitarra parece interpretada por George Harrison) hasta el pop psicodélico en los temas de 1967 y 1968 como I See The Rain, Is Anybody Home, See My World, Katherine y el guiño a la old time music (también como los de Liverpool) en How's Your Pa (un tipo de cancionero que nunca podré asimilar...). Pero entre todos ellos hay que destacar Hello Enid con Mellotron incluido y que emula a los Beatles del SGT. PEPPERS, el pop barroco de Lonely Highway cargado de teclados, cuerdas y flautas muy similar a algunas composiciones de los Mermelade, el experimento psicodélico de Mrs Busby y, sobre todo, dos piezas: una de esas canciones en las que no había reparado hasta recientemente y en la que se desvela una pequeña joya escondida, What Do I Care, proto-power pop, vibrante tema en una de las producciones más brillantes del disco y, sobre todo, otro clásico subterráneo de psicodelia injustamente no editado en el año de su grabación, Ebaneezer Beaver, de perezoso ritmo, trucos de sonido en la voz solista y guitarra ácida a lo Rupert's People o Fleur de Lys. Impecable.
Con todo lo dicho, sólo me queda insistir en la recomendación para todos los fans del género de hacerse con este disco trufado de buen pop psicodélico británico facturado en el momento cumbre del mismo, no less!
David

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